
Ahimsa y cómo nosotros, como individuos, tenemos el poder de cambiar el estado del mundo.
¡Ahimsa! Una simple palabra sánscrita, pero con un poder inmenso para cambiar positivamente el mundo que te rodea. ¿Cómo?, te preguntarás. Bueno, repasemos su significado básico: no dañar. Ahora, profundicemos en ello y exploremos algunos de sus sinónimos más potentes: bondadoso, compasivo, generoso, bueno, cariñoso, amable, caritativo, compasivo, considerado, cordial, cortés, amigable, gentil, amable, humano, bondadoso, amoroso, atento, comprensivo, atento y tolerante.
¿Qué es extremo, de todos modos? La palabra se define a menudo como «ser de un alto o del más alto grado o intensidad». Los conceptos fundamentales que surgen a través del estudio y la práctica de ahimsa a veces se etiquetan como extremos, no por el cambio positivo que puedan generar, sino porque están muy lejos de lo normal. Para algunos puede parecer extremo tatuarse la palabra Ahimsa en el antebrazo (como hice yo) o adoptar una dieta vegana. Y para las mismas personas puede no ser extremo en absoluto cuando se enfrentan al desperdicio masivo de recursos y el sufrimiento animal que implica la cría de animales para la alimentación. Parece que la cuestión de qué es extremo depende de dónde se esté sentado. Los yoguis han sido tradicionalmente los campeones de probar los límites de lo que parecía extremo para cambiar positivamente a sí mismos y al mundo que los rodea.
Simplemente leer y comprender estas «palabras extremas» mencionadas no basta. Se requiere acción. Y la acción es lo que nosotros, como yoguis, sabemos y hacemos mejor cada vez que practicamos yoga. Ahimsa, o no dañar, requiere acción, ya sea que elijamos actuar de forma buena, amable o compasiva, o abstenernos de realizar acciones que consideremos dañinas. El yoga se basa en vivir una vida ética y moral, y la práctica de ahimsa no puede separarse ni abstraerse del resto del yoga. Como yoguis, se nos ha enseñado, al igual que en el campo de la ciencia, a evolucionar con el conocimiento correcto y la acción más objetiva.
Este mes les propongo un reto. El concepto es muy sencillo. Los invito a elegir una palabra cada día de la lista de «palabras extremas» que aparece arriba. Ahora, personifiquen conscientemente la palabra elegida añadiendo el verbo «SER». Al instante, las palabras evocan una nueva y potente energía… Hoy elegiré ser amable. Ser compasivo. Ser generoso. Ser considerado… etc.
Pronto empezarás a notar cambios sutiles en tus interacciones diarias, donde las circunstancias negativas empiezan a transformarse positivamente porque has elegido enfocarte conscientemente en dotar tus palabras de significado y poder. Quizás descubramos que somos los primeros en beneficiarnos de la práctica de no dañar. ¡Qué maravilloso resultado de trabajar para inspirar a los demás: nos sentimos inspirados!
Pero espera, ¡hay más! Porque cada día tenemos al menos tres oportunidades más para poner estas palabras en práctica a través de nuestra alimentación, eligiendo una dieta más compasiva, como un estilo de vida vegano o basado en plantas.
Para terminar, me gustaría dejarles esta reflexión del músico Oli Sykes, también vegano y líder de una de mis bandas de metal favoritas, Bring Me The Horizon. «Hablaba con una artista pop con la que colaboramos hace poco y, cuando descubrió que era vegano, me dijo: «Siempre son los metaleros más ‘aterradores’ los que son más respetuosos con el medio ambiente». Creo que parte de la razón por la que el veganismo ha despegado en la comunidad metalera es que, como el metal, es una ideología extrema. Y, al igual que el metal, admite que el mundo es un lugar inherentemente jodido y que necesitamos trabajar en nosotros mismos y no rehuir la verdad».